Perros

Cómo guardar correctamente la comida de tu perro o gato

¿Alguna vez has notado que tu mascota devora con entusiasmo el primer plato de un saco nuevo, pero conforme pasan las semanas, parece perder el interés? A menudo culpamos al animal de ser caprichoso o pensamos que se ha aburrido del sabor. Sin embargo, hay un dato curioso que pocos dueños conocen: el problema no suele ser la receta, sino lo que le ocurre a esas croquetas una vez que el aire entra en contacto con ellas.

Nos esforzamos mucho eligiendo la mejor nutrición, leyendo etiquetas y buscando ingredientes de calidad, pero rara vez nos detenemos a pensar en qué pasa después de abrir el paquete. Conservar alimento para mascotas de manera adecuada es tan crucial como elegir la marca correcta. Un mal almacenamiento puede transformar un banquete nutritivo en algo sin sabor e incluso peligroso para su salud.

¿Por qué se estropea el alimento seco y húmedo?

Para entender cómo proteger la comida, primero debemos saber quiénes son los enemigos. Los alimentos para perros y gatos, especialmente las opciones de alta calidad, contienen grasas y aceites esenciales que son vitales para su piel y energía. El problema es que estos ingredientes son muy sensibles a tres factores ambientales: el oxígeno, la humedad y el calor.

Cuando dejas el saco mal cerrado o expuesto al sol, se inicia un proceso químico invisible llamado oxidación de las grasas. Esto no solo hace que la comida huela a rancio (un olor que tu gato o perro detectará mucho antes que tú), sino que destruye vitaminas esenciales como la A y la E. Básicamente, la comida pierde su valor nutricional y su sabor, convirtiéndose en el equivalente a comer galletas rancias que llevan días fuera del paquete.

El método ideal para las croquetas

La mayoría de nosotros busca la comodidad. Es lógico querer tener la comida a mano y servida de forma fácil. Sin embargo, la conveniencia no siempre va de la mano con la frescura. Aquí es donde entra la estrategia para mantener ese «crunch» delicioso hasta la última bolita del saco.

El error del contenedor y la solución de la muñeca rusa

Muchos dueños llegan a casa, abren el saco de comida y vacían todo el contenido directamente dentro de un recipiente de plástico o metal. ¡Este es un gran error! Los envases originales de los alimentos de calidad están diseñados con tecnología de barrera para proteger los nutrientes. Al vaciar las croquetas, las expones al aire y permites que los aceites residuales se peguen a las paredes del tupper, donde se oxidarán y contaminarán el siguiente lote de comida.

La forma correcta es aplicar la técnica de la «muñeca rusa». Consigue un buen contenedor hermético, pero en lugar de vaciar la comida, introduce el saco entero dentro del contenedor. De esta forma, tienes una doble barrera: la bolsa original que proteges cerrando bien con una pinza, y el contenedor externo que aísla de plagas y humedad.

La ubicación perfecta dentro de casa

Otro punto clave es dónde colocamos este contenedor. La cocina suele ser el lugar elegido, pero a veces escogemos el rincón equivocado. Debes evitar guardar la comida debajo del fregadero, donde la humedad es alta, o cerca del horno, donde la temperatura fluctúa. Lo ideal es buscar un lugar fresco y seco, como una despensa alejada de la luz solar directa. Si el alimento se calienta, la condensación puede crear moho, que es altamente tóxico para los riñones de perros y gatos.

Manejo seguro de la comida húmeda y latas

Las latas y sobres requieren un protocolo diferente. Una vez que abres una lata o trocitos en salsa, el reloj empieza a correr mucho más rápido que con el alimento seco. La regla de oro es que la comida húmeda nunca debe permanecer en el plato de tu mascota por más de cuatro horas, especialmente en verano. Si no se la comen, es mejor retirarla para evitar el crecimiento de bacterias.

Refrigeración y tiempos de consumo

Si te sobra comida en la lata, no la dejes a temperatura ambiente. Debes refrigerarla inmediatamente. Un truco importante es no dejar la comida en la lata abierta dentro de la nevera, ya que el metal puede oxidarse y alterar el sabor. Pasa el sobrante a un recipiente de vidrio con tapa.

Recuerda revisar siempre la fecha de caducidad antes de comprar o abrir un producto, pero ten en cuenta que esa fecha solo es válida mientras el envase está cerrado. Una vez abierta, la comida húmeda refrigerada debe consumirse o guardarlo máximo 24 horas en refrigeración (Hasta 4°C).

La importancia de la limpieza en los accesorios

A veces nos centramos tanto en el almacenamiento del saco que olvidamos el lugar donde comen. De nada sirve guardar las croquetas perfectamente si las servimos en un plato sucio. Los restos de comida y la saliva de tu mascota crean una película bacteriana llamada biofilm.

Es fundamental lavar los platos de comida y agua diariamente con agua caliente y jabón neutro. Del mismo modo, si utilizas un contenedor para guardar el saco (siguiendo el consejo anterior), asegúrate de lavarlo y secarlo completamente cada vez que cambies de bolsa. La higiene es una parte indivisible de la nutrición.

Beneficios de un buen almacenamiento

Tomarse el tiempo para organizar y guardar bien los alimentos trae recompensas inmediatas. Primero, ahorrarás dinero porque no tendrás que tirar comida que tu mascota rechaza. Segundo, y más importante, asegurarás que tu compañero reciba todos los nutrientes que necesita para estar sano y feliz.

Un pelaje brillante, una buena digestión y mucha energía son el resultado no solo de lo que compramos, sino de cómo lo cuidamos en casa. Marcas comprometidas con la calidad como Origens diseñan sus empaques pensando en la protección del producto, pero el paso final en casa depende de nosotros. Con estos pequeños ajustes en tu rutina, garantizarás que cada comida sea tan fresca y deliciosa como la primera.

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